lunes, 3 de noviembre de 2014

LA ISLA MÍNIMA: LAS NIÑAS DE ALCASSER, AFTER 20 YEARS



















RECONSTRUCCIÓN INCONFESADA DEL CRIMEN DE ALCASSER QUE NO REBASA EL UMBRAL DEL CINE RESULTÓN Y VOLUNTARIOSO

Así como existen películas que reescriben libremente una historia ("Los intocables de Eliott Ness"), otras la reescriben inconfesadamente. Es el caso de "La isla mínima", recreación apócrifa del crimen de las niñas de Alcasser que plasma en imágenes la historia sórdida que la plebe imaginó (nunca probada, claro), pero sin mencionar en momento alguno sus fuentes. Y añade, además, un barniz de cine político en aras, creería el Director, de dar más peso al conjunto. 

El resultado se deja ver sin disgusto, pero no es, desde luego, la obra maestra que alguno ha querido pintar. Sus fallos (comenzando por los errores de  guión) saltan a la vista e impiden que el film salga de la zona del cine resultón y voluntarioso. Así que no es ésta una película mínima, pero tampoco máxima. Se queda en el escalón medio-alto. Lo que, en los tiempos que corren, y tratándose de un producto nacional, no está nada mal, por cierto.   

miércoles, 15 de octubre de 2014

PERDIDA: FINCHER SE REENCUENTRA

                                                                                                                               



















UNA LÚCIDA CRÍTICA DE LA OPINIÓN PÚBLICA Y UNA CÁUSTICA PERSPECTIVA DEL MATRIMONIO


Tras el cierto traspiés de "Los hombres que no amaban a las mujeres", David Fincher se reencuentra con este relato de falsas apariencias que esconde una lúcida crítica de la opinión pública y un cáustica perspectiva del matrimonio. Ciertos errores de guión impiden que el producto termine de ser del todo redondo, pero difícilmente saldrá defraudado de la sala quien aspire a ver un film de gran nivel que trae bajo el brazo unos cuantos buenos motivos de reflexión.

No se nos vuelva, pues, a perder Fincher, que está llamado a depararnos en el futuro nuevas alegrías  

viernes, 22 de agosto de 2014

GUARDIANES DE LA GALAXIA: PALOMITAS Y PIROTECNIA



















LERDO BLOCKBUSTER CUYA PRESUNTA ICONOCLASTIA LE HA GRANJEADO EL FAVOR DE LA CRÍTICA 

Si decíamos que "El amanecer del planeta de los simios" demostrada que ser un blockbuster no equivalía forzosamente a lerdez, los "Guardianes de la galaxia" vienen a hacer patente que, por desgracia, lo normal es que así suceda. Un guión estúpido da pie a dos horas de pirotecnia sin más propósito que tratar de entretener al personal a fuerza de sobrestimulación sensorial y ciertas dosis (muy pobres; nada que ver con "Los Vengadores") de humor. Tras lo cual ganan los buenos y a otra cosa, mariposa.

Lo asombroso es que semejante producto haya gozado del favor de la crítica. Aunque la cosa tiene su explicación: como el film se ríe, en realidad, de sí mismo y, por extensión, de todo el cine de superhéroes, los escribas de guardia se sienten sobremanera gratificados. Pero mucho ha de temerse que tal goce  no se acompañará del de los seguidores del género, con razones para creer que la burla va con ellos.

 Producto indigente y nada estimulante, en suma, que entretiene lo justo. Y, para postre, la escena adicional de rigor en los films de la Marvel, resulta ser la peor, con diferencia, de todas las rodadas
hasta hora. Guárdense, pues, de estos guardianes, que amenazan con volver a no tardar mucho  

EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS: SIN MONERÍAS

















ESTIMABLE E INTELIGENTE CONTINUACIÓN DE LA PRIMERA ENTREGA, A LA QUE SUPERA 

En ninguna parte está escrito que un "blockbuster" deba ser necesariamente lerdo y trivial y la segunda entrega de la saga de los simios es buena prueba de ello. Una muy estimable película de acción y aventuras impulsada por un guión inteligente y de profundidad no desdeñable que justifica sobradamente el pase por taquilla y crea grandes expectativas sobre su continuación.

Así que no hará en absoluto el mono quien vea un pase de este amanecer que puede ser preludio de díaS brillanteS.
      

jueves, 3 de julio de 2014

TRANSCENDENCE: TRANSHUMANISMO MAINSTREAM



















Quienquiera que algo haya leído sobre el transhumanismo, y más quien se haya sentido atraído por sus sugerentes ideas, acudirá expectante al estreno de "Transcendence". Y con él, claro, el resto de la feligresía presente, que ni una cosa ni la otra y sólo pretende disfrutar de una superproducción made in Hollywood.

Sin ser la octava maravilla del mundo, "Transcendence" tiene la virtud de invitar a reflexionar sobre cosas sumamente interesantes, situando al espectador ante el dilema de decidir, al final, quienes son los buenos y los malos en esta historia sobre la inteligencia y las emociones que termina por plantear cuál es, en realidad, la esencia de lo humano. Y, de paso, si nuestra humanidad nos hace mejores o peores. Aunque, naturalmente, dentro del escaso grado de profundidad de un producto de masas, netamente mainstream y al servicio de todos los públicos.

Bien, pues, por esta parábola sobre los límites de la humanidad y lo que pudiera haber más allá de ellos, que es igualmente digna de verse como correcto espectáculo de intriga y acción. Y el que quien quiera más, que lea a Ray Kutzwail y deje volar la imaginación.  

domingo, 8 de junio de 2014

X-MEN DÍAS DEL FUTURO PASADO: BRILLANTE PRESENTE





















UN GRAN ESPECTÁCULO DE ACCIÓN Y AVENTURAS AL SERVICIO DE UNA HISTORIA INTELIGENTE 

La receta del buen cine es sencilla: talento y medios. Así que si se agregan uno y otros en generosa cantidad, el resultado queda casi garantizado. Es el caso de la última entrega de los X-Men, que recupera a Bryan Singer en la dirección y toma impulso en una de las más famosas sagas del comic para entregarnos la mejor película de superhéroes hasta ahora filmada. Un gran espectáculo de acción y aventura al servicio de una historia inteligente que pone en danza a personajes no carentes de profundidad. 

Así que los euros gastados en una entrada a la nueva historia de los mutantes más famosos del mundo estarán bien invertidos, tanto para sus fans como para cualquiera a quien apetezca ver entretenimiento de calidad. Y si tal cosa dice Mr. Deep en persona, no osen dudar del vaticinio.   

viernes, 11 de abril de 2014

NOÉ: LA BIBLIA, EN VERSIÓN BIZARRA



















LIBÉRRIMA VERSIÓN DEL DILUVIO UNIVERSAL, CON UN ENCOMIABLE PROPÓSITO REFLEXIVO

Si se ponen en una licuadora un poco del relato del Diluvio Universal, otro de aventuras épicas de espada y brujería y se añade un punto de salsa metafísico-existencial, el producto puede parecerse al film que hoy nos ocupa, una versión lisérgico-filosófica del relato bíblico a cargo del irregular Darren Aronofsky.

Desde luego, que la crítica de guardia y grupos integristas religiosos hayan clamado al unísono contra la cinta es un muy positivo punto de partida. Y es que, en efecto, que tanta necedad junta se posicione contra algo es, ya de inicio, esperanzador. El hecho es que Aronofsky usa el relato bíblico como excusa para plantear un asunto pocas veces visto en la pantalla (o leído en un relato): que la existencia misma de la humanidad quede en las manos de un solo hombre. Porque a diferencia de lo que acaece en el Genesis, donde Yavhé ya cocina el plato él solito, condena al fondo del mar a toda la parroquia y salva a Noé & family y una buena legión de animalitos de la quema, en el film es Noé quien, como delegado del Creador, ha de tomar la decisión de si la raza humana vive o muere. Y ahí se produce el choque de trenes entre el sentimiento y la ética del deber, finalmente resuelto, claro está, a favor del primero.

El film adolece de un metraje excesivo, una no muy buena elección de actores (Russell Crowe no era el hombre adecuado) y un ritmo un punto irregular. A cambio, ofrece una propuesta sumamente original, hasta incurrir en un cierto bizarrismo, y un estimable espectáculo visual. Así que no hagan caso a la crítica y a los fanáticos y pasen por taquilla. No se quedarán extasiados, pero disfrutarán del pase y se les vendrán a  la cabeza algunos interesantes temas de reflexión.         

sábado, 22 de marzo de 2014

DALLAS BUYERS CLUB: MÁS DE LO MISMO



















SUCESIÓN DE TÓPICOS A MAYOR GLORIA DE SUS DOS PROTAGONISTAS

"Dallas buyers club" es uno de esos films que desentierra una historia ignota (la de los grupos de infectados de SIDA a la búsqueda de curas químicas milagrosas fuera de la medicina oficial) para usarla como vehículo de tópicazos que ya habremos visto unos 100 veces antes. La lucha de unos desheredados de la fortuna (aquí representado por un electricista pluriempleado a vaquero de rodeo, drogata, borracho y putero y una interminable legión de gays infectados de VIH) contra el "sistema" (léase farmacéuticas & pérfida FDA, artífices de las mayores maldades por el vil metal) es argumento de unas 10.000 películas previas. Y en ésta, además, resulta dibujado con bastante tosquedad y de modo harto tramposo. Tras un comienzo prometedor, el film incurre en una sucesión de topicazos y buenismo maniqueo perfectamente previsible, que anticipa desde muchas millas antes su desenlace.

El film se ha llevado dos Oscar para sus protagonistas, pero incluso aquí hay trampa, pues son los consabidos papeles hechos a la medida de tal propósito: perdedores y malditos que, de no ser reconocidos, atraerán sobre la Academia la ira de los sensibles de espíritu.

Club muy plano, lerdo y bastante tedioso este montado en Dallas. Aunque, si lo desean, háganle caso, pasen de su médico y busquen por ahí a un ebanista que, si al film hemos de creer, le traerá de Kuala Lumpur una receta infalible para  la Hepatitis C que les atormenta.         


domingo, 16 de febrero de 2014

LA GRAN ESTAFA AMERICANA: CUIDADO CON EL OCTAVO MANDAMIENTO




















NOTABLE FARSA CORAL QUE NO TERMINA DE RESULTAR REDONDA


"La gran estafa americana" es una gran farsa coral sobre la mentira y sus peligrosas consecuencias. Un film correctamente hilado, notablemente interpretado y que mantiene su interés hasta el fin, pero al que la falta de ritmo termina por expulsar del olimpo de las grandes obras, al que habría aspirado de ser capaz de engranar una marcha más y subir un peldaño en su punch narrativo. Así que el resultado es un buen film que no acaba de resultar brillante, sólo solvente, con momentos que rozan lo anodino. Notable, pues, y no sobresaliente para estos estafadores entre cuyas víctimas, vaya por delante, no estarán quienes pasen por taquilla a disfrutar de un pase.     

ROBOCOP (2014): LA ALARGADA SOMBRA DE UN GIGANTE




















UN ESTIMABLE FILM, EMPEQUEÑECIDO POR LA SOMBRA DE SU PREDECESORA  

Robocop (1987) fue uno de los mejores y más inteligentes films de acción jamás filmado. Una película monstruosamente buena, plena de humor ácido, ritmo trepidante, agudísima crítica política, soberbias interpretaciones...Un 10 sobre 10. Con semejantes antecedentes, quien osara intentar su puesta al día tenía todas las papeletas para sucumbir a manos de la inevitable comparación. Y así ha sido, aunque ha de añadirse que eso no significa que el espectador abandone la entrada pidiendo su dinero ni mucho menos.

José Padilha (artífice de la estupenda "Tropa de élite") toma las claves fundamentales del primer film y ofrece un rebirth que mantiene razonablemente el tipo, pero no llega ni a acercarse a la altura del original. Todos los elementos del nuevo film representan fracciones de su inspiración: tiene algo de su inteligencia, algo de su humor, algo de su brillantez argumental...Pero donde tal porcentaje cae al umbral más bajo es en la acción. Lamentablemente, Robocop (2013) no es un film de acción bien conseguido. Le falta ritmo, ingenio, habilidad en el montaje...Y eso lastra seriamente un conjunto que, por lógica, debería haber tenido ahí su punto fuerte. Padilha no ha estado a la altura de un desafío ya de por sí formidablemente difícil. Y lo mismo pasa con los actores, que no resisten la comparación con los fenomenales intérpretes de 1987.

Sin su precedesora, Robocop (2014) habría sido un muy estimable film de acción. Pero la sombra de un gigante lo cubre y hace de él un pálido reflejo de su matriz. Lo que no significa que la película deje de verse con agrado, como el hermano menor de un coloso irrepetible, de brillantez inalcanzable          

sábado, 4 de enero de 2014

EL HOBBIT, LA DESOLACIÓN DE SMAUG: ESTIRANDO LA SAGA



















NUEVO ESTIRÓN DEL CHICLE A CARGO DE PETER JACKSON

Tras la insufrible y soporífera primera parte de la anunciada trilogía, el estado de prealaerta es inevitable ante el trance de visionar la segunda entrega de "El hobbit". Quizás por ello se recibe con considerable alivio la comprobación de que, al menos, al espectador no le entran ganas de echarse la siesta al cabo de media hora y de abandonar la sala un rato después. La nueva cinta puede verse con cierto agrado como un espectáculo de acción y efectos especiales que permite pasar por alto la ramplonería de su guión y la trivialidad general del invento, pese a sus graves intenciones.

Con todo, no es éste, naturalmente, más que un nuevo estirón a cargo de Peter Jackson del chicle que ahora tiene entre manos y que, por obra y gracia de la ilimitada devoción de los fans de Tolkien, le está rindiendo unos pingües beneficios que no está por la labor de desdeñar. Mientras haya clientela (y la hay, en muy generoso número), Jackson seguirá ordeñando a la vaca, extasiando a los fieles de la liturgia tolkieniana y aletargando fríamente, en mayor o menor medida, al resto de la parroquia. La desolación de Smaug no es también la del espectador no devoto, pero poco rastro hay de la emoción que un producto de 200 millones de euros está obligado a deparar. Ahora, a aguardar a la tercera parte, cuyo desenlace, en realidad, nos importa un bledo a todos los no alineados en la religión de la Tierra Media.              

LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY: CUENTO DE NAVIDAD


















CUENTO NAVIDEÑO PARA TODOS LOS PÚBLICOS QUE SE DISFRUTA CON AGRADO

"La vida secreta de Walter Mitty" tiene el gran acierto de llegar a casa, como "El Almendro", por Navidad. Y es que fuera de tal contexto habría de ser forzosamente más severo el juicio de esta cinta edulcorada que no es, en realidad, más que un cuento navideño contemporáneo ataviado de videoclip. Pero su cándida ingenuidad y sus obvias y ramplonas moralejas, que serían onerosas partidas del "debe" en condiciones normales, devienen activos en la pastelera atmósfera navideña, que transforma el film en elemento reivindicable y legitima sus incontables licencias argumentales. Una vez al año no hace daño y si Walter Mitty irrumpe en sus últimos estertores para decirnos que todo es posible en Navidad, bienvenido sea, que tiempo sobrado habrá para dramas existenciales, sesudas reflexiones vitales y graves lecciones filosóficas.        

12 AÑOS DE ESCLAVITUD: LARGA ESCLAVITUD, LARGA PELÍCULA




















12 AÑOS QUE PEDÍAN UN RESUMEN MÁS ESCUETO Y VERAZ  


Como tantas otras veces, el mayor hándicap de "12 años de esclavitud" es sus expectativas. Una vez encumbrado a los altares de la excelencia cinematográfica, la cinta ha de pasar la prueba de un visionado mediatizado por la promesa de tocar el cielo. Y no es el caso. Sin abandonar la categoría de lo notable, el film no brilla como cabría esperar a la vista de su coro de aduladores. Por excesivamente largo y tedioso por momentos y por jugar con demasiada frecuencia con cartas marcadas por la inevitable emotividad de su argumento, la cinta queda fuera del grupo de las elegidas para la gloria, aunque nadie se vaya, ni mucho menos, a tirar de los pelos por pagar 7 euros en taquilla. 12 años de esclavitud pedían un resumen más escueto y más veraz que hubiera dejado mejor sabor de boca       

GRAVITY: BALLET ESPACIAL Y POCO MÁS





















PRODIGIOSO ESPECTÁCULO VISUAL AL SERVICIO DE UNA HISTORIA TRILLADA Y ÑOÑA

Entre los mantras más socorridos (y secundables) de la crítica de guardia se halla el desprecio a los espectáculos pirotécnicos urdidos para encubrir la indigencia argumental. Por eso resulta harto sorprendente su rendición sin condiciones a "Gravity", que, en realidad, es exactamente eso: un prodigioso espectáculo visual al servicio de una historia trillada y ñoña. Un 10 en efectos especiales y un 2 en el guión promedian un 6, nota bastante para pasarse por taquilla, pero, ni de lejos, para encumbrar este ballet más allá de la categoría de film de pasar el rato, aunque con el  matiz de lo meritorio de su escenario y de sus virguerías visuales