jueves, 25 de marzo de 2010

EL LIBRO DE ELI: DAREDEVIL SE HACE PREDICADOR


















En un mundo postapocalíptico 100% madmaxiano (desierto, bandas de motoristas salvajes, ni gota de agua, canibalismo...humm...no, esto es de "The road"), un tipo camina hacia el oeste sin otra compañía que un misterioso libro que, sorpresa, resulta ser el único ejemplar de La Biblia que parece haber sobrevivido a la furia de quiénes salvaron el pellejo en una guerra nuclear de la que culparon al texto sagrado. Y ahí entra el malo de la película, que ve en las probadas dotes de captación de voluntades del librillo su oportunidade de poner en marcha el consabido plan de dominación del mundo. Comienza así la inevitable pugna tuyo/mío.

No me negarán ustedes, amigos, que hasta ahora la cosa suena hasta interesante, pero, ay, a los guionistas debió parecerles que no lo bastante y ahí la hemos pifiado. Porque para añadir salsa al asunto no tuvieron mejor idea que hacer del protagonista un superkarateka que elimina enemigos como quién mata chinches mientras se mantiene más recto que el palo de una escoba. Y que encima (ahí queda eso) es ciego. O sea, Daredevil. Añadan ustedes a una discípula jamona, platónicamente enamorada del prota, y el extravío se consuma en forma del sinnúmero de escenas que ya hemos visto cien veces resolverse de la misma manera en otras tantas películas.

"El libro..." resulta ser, a la postre, una versión muy rebajada de la magnífica "The road", lo que no significa que uno deba echar pestes de un film rodado con medios y bastante oficio, pero sin otro propósito que agradar al personal del modo más fácil y que carga con el tremendo lastre de la nula credibilidad de su personaje central, un ciego que, obvio es, por mucho que reparta leña, no termina (como el espectador) de verlo claro.

domingo, 21 de marzo de 2010

EN TIERRA HOSTIL: ¿Y ESTO ES UN OSCAR?


















"En tierra hostil", la película oscarizada este año, tuvo un fugaz paso por estas latitudes. Tanto que sólo cuatro gatos la habrían visto antes de su oscarización. Para el resto, el film era una incógnita, al igual que la causa de su veloz tránsito por la cartelera. Tras visionarlo, ambos interrogantes se resuelven al tiempo. El segundo, al hacerse evidente que la película no sería capaz de mantenerse más de siete días en una sala que no desee ir derechita a la quiebra. Pues "En tierra hostil" es el clon de uno de esos productos de cine "independiente" made in Sundance, es decir, lento, parco de medios, tedioso y, por supuesto, con graves pretensiones y ensalzado por la crítica (vean, vean ustedes el cartel). Que semejante tostón haya sucedido a "Slumdog millionaire" en la atalaya de Hollywood prueba, más allá de cualquier duda, que todo es susceptible de empeorar.

Así que avisados quedan ustedes, amigos. Si pasan por taquilla a ver el Oscar de este año hagan gran acopio de paciencia y resignación. Lo mejor, el título, que avisa sin tapujos de donde se mete uno cuando entra en la sala de proyección. Y, por cierto, Cameron debe estar disfrutando, porque su ex se habrá hecho con el Oscar a la mejor pélícula otorgado por la Academia, pero, al mismo tiempo, al mayor bluff de la década, otorgado por unanimidad por los sufridos espectadores.

jueves, 11 de marzo de 2010

LOS HOMBRES QUE MIRABAN FIJAMEMENTE A LAS CABRAS: UNA TONTERÍA MUY TONTA


















Una película fracasa más cuanto más lejos se queda de alcanzar los fines con que fue rodada. Así que la que hoy ocupa el post es un completo fiasco, pues lo que iba para farsa cómica se queda en farsa estúpida y sin gracia. Tras visionar a George Clooney y compañía haciendo el ganso durante hora y media queda la impresión de que la cosa proponía una crítica en tono de cachondeo del mundo de los proyectos de alto secreto y asuntos similares, mostrando como semejante parapeto cobija a buen número de impostores e incompetentes. Pero, lejos de tal propósito, lo que al final resulta es un producto idiota, construido a base de presuntos gags que no hacen gracia ni al que los ha escrito.


La consecuencia es que lo único que el espectador termina por mirar fijamente es el reloj, a la espera de que remate de una vez una estupidez que nunca debiera haber comenzado.

martes, 2 de marzo de 2010

SHUTTER ISLAND: MAMÁ, ¿ESTA NO LA HEMOS VISTO YA?



















"Shutter Island", último film de Martin Scorcesse, no tiene nada de original: es la versión, made in el interfecto, de una historia ya contada muchas veces, y la mayoría, además, mejor. Durante medio metraje se nos presenta el universo a través de los ojos del protagonista. Durante el otro medio, tras rasgarse el velo, se nos desvela que el sujeto en cuestión está como unas maracas de Machín y que todo lo que parecía vaca era buey. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Un cuento cuyo final empieza a hacerse obvio mucho antes de lo deseable e incomparablemente mejor llevado a la pantalla, por ejemplo, en 1.990 por Adrian Lyne, en "La escalera de Jacob".

Así que, en resumen, nada hay en "Shutter..." que pase de ser una buena factura (que alcanza el nivel de excelente en la fotografía de exteriores) al servicio de un producto dirigido al consumo masivo que pretende ganar tono "adulto" con algún que otro ramalazo de cine político. Pero, claro, como el amigo Scorcesse está en los altares de los doctores de la crítica, le han caído toda clase de parabienes y bendiciones por una película que hará que el feligrés de turno abandone la sala pensando que, si ellos lo dicen, será. Pues no, amigo, no lo es, desconfíe usted de los veredcitos de estos jactanciosos guardianes de las esencias como de los vendedores de la teletienda. O menos, todavía, por que, por lo pronto, éstos, si no te gusta, te devuelven el dinero.