domingo, 15 de enero de 2012

MILLENIUM: TRABAJO POR ENCARGO



















Bien cierto que una cosa es la obligación y otra la devoción. O sea, que muy distinto pinta el tema cuando uno hace lo que le gusta o lo que le encargan. Pocos ejemplos mejores de ello que la adaptación norteamericana de la saga de noveluchas "Millenium" confiada al talentoso David Fincher, que se pone manos a la obra para dar a luz un film formalmente impecable, pero trazado con la desgana propia de quién recibe un encargo bien remunerado, pero revestido de escaso interés.

La mano de Fincher es, con todo, razón suficiente para visitar una sala de proyección. Esa es, en realidad, la escueta justificación de pasar por taquilla. Ahora bien, no nos hagamos ilusiones, porque la historia da para lo que da. Y es que "Millenium" es literatura (por llamarla algo) de tienda de aeropuerto, un desahogo parido por un sujeto atormentado por sus neurosis y construido sobre una vanal inversión de los esquemas al uso en el género: aquí la heroína es mujer, joven, fea, chiflada, violenta, hipersexuada, inteligente, despiadada...y el papel de comparsa le toca al hombre (para más escarnio, interpretado por Daniel Craig/James Bond), que es torpe, tonto, crápula, sexualmente pasivo y tiene que ser salvado y guiado por la prota, que si no se nos pierde, el pobrecito.

En suma, y para no alargar el tema (que no da para mucho más), que no figurará Millenium, ni de lejos, entre lo más granado de la filmografía de Fincher (la comparación con la magnífica "Zodiac", por seguir en el género negro, es sangrante). Y es que poco jugo podía sacarse del libro de cabecera de ZP (hecho que ya dice todo sobre la obrita).