
Aun cuando la gran pantalla no ha estado nunca huérfana de licántropos, la puesta al día del clásico de la Universal de los años 40 seguía coleando como una deuda pendiente de la industria. 2.010 ha sido el año elegido por la propia Universal para zanjarla, poniendo a Joe Johnston al frente del proyecto. El resultado es fiel al perfil de su Director, un tipo solvente en su oficio, pero del que no cabe esperar, sin que tampoco lo pretenda, nada genial. De modo que el hombre bestia, muy correctamente interpretado por el amigo Benicio del Toro, corre, aúlla y ataca en un entretenido y bien tejido espectáculo que evoca con notable acierto el aire clásico de su antecesor. Y si alguien pregunta si eso es todo, la respuesta es sí, aunque añadiendo que en los tiempos presentes son amplia minoría los films que, como éste, superan con éxito la elemental prueba de comprobar si sus propósitos y sus fines guardan razonable concordancia sin dormir ni revolver las tripas al sufrido espectador.