domingo, 3 de noviembre de 2013

THOR: EL MUNDO OSCURO



















DESMADRADO DESPLIEGUE PIROTÉCNICO AL SERVICIO DE UNA HISTORIA RARA Y TONTA

La segunda entrega de Thor sube drásticamente la apuesta, si del espectáculo visual se trata. Pero en todo lo demás, el resultado queda claramente a la baja y se resume en un desmadrado despliegue pirotécnico al servicio de una historia rara y tonta que, en realidad, ni siquiera se adscribe propiamente al género de superhéroes, sino, más bien, al de espadas y brujería. El reproche, además, es mayor si se considera que el film toma impulso en personajes acuñados por el mismísimo Walter Simonson, autor de la más brillante de las sagas del cómic, la de Surtur, que no le ha contagiado ni un ápice de su trepidante y épica brillantez. A la postre, lo que mejor funciona en la película es su registro de comedia, hecho ya suficientemente esclarecedor. Y, como guinda, la secuencia final, tras los interminables títulos de crédito (marca ya de la casa de las producciones Marvel) resulta ser la peor de cuantas se han visto.

Quien pague entrada por ver las aventuras del superhéroe Thor terminará, pues, defraudado. Así que mejor acudan ustedes con la intención de presenciar un gran espectáculo de efectos especiales, más vacío, eso sí, que un huevo de pascua, y tengamos la fiesta en paz.   

martes, 24 de septiembre de 2013

KICK ASS 2: SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON...TAN BUENAS



















NUEVO DESMADRE FRIKI, QUE, SIN ALCANZAR A SU PREDECESORA, OFRECE UNA DIGNA SECUELA

La brillantez y el torrente de diversión de Kick Ass dejaba el listón demasiado alto como para que su secuela la igualase. Y, en efecto, la segunda parte de las bizarras aventuras de Kick Ass no lo hace, sin que eso sea óbice para que ofrezca una nueva sesión de dislates, algunos muy divertidos, que no dejará descontento al respetable. Un nuevo desmadre friki que, sin alcanzar a su predecesora, ofrece una digna secuela en la que el número de superhéroes de primera regional se multiplica al tiempo que lo hace el de sus antagonistas. A lamentar, eso sí, la desaparición de "Bruma Roja", que aquí se transmuta en "Motherfucker" (fielmente traducido al spanish como "hijoputa"), malo, malísimo, pero no tan deliciosamente idiota como su antecesor.

En suma, no duden en acudir al cine más cercano a disfrutar de este enloquecido despliegue de frikis cuyo máximo superpoder es el de arrancar carcajadas con sus muy singulares hazañas
   

  

martes, 10 de septiembre de 2013

RIDDICK: TERCERAS PARTES NUNCA FUERON TAN BUENAS



















TERCERA ENTREGA DE LA SAGA, QUE NO DEFRAUDA, PERO TAMPOCO ENTUSIASMA

Tras la notable y original "Pitch Black" y "Las crónicas de Riddick", la saga del forzudo antihéroe espacial ofrece una tercera entrega en la que la solución propuesta para ganarse al respetable pasa por una vuelta a los orígenes, persiguiendo recuperar la atmósfera y la ambientación del film inicial, probablemente por cuestiones presupuestarias.

El resultado no está, desde luego, a la altura de su inspiración. Tras una estimable primera mitad del metraje, la cosa decae hasta alcanzar un flojo y previsible desenlace, tras un desarrollo clónico al del film original. Con todo, la película no defrauda y mantiene un estimable ritmo que impide cualquier aletargamiento. Así que aunque la historia hubiera podido dar más de sí, no hay motivo para pedir el libro de reclamaciones. Un producto digno, razonablemente solvente y que alcanza sus propósitos, en suma. Así que si les van las aventuras espaciales, pasen por taquilla y no les defraudará su paseo por esos mundos de Dios        

miércoles, 21 de agosto de 2013

PACIFIC RIM: LA BASURA, POR LAS NUBES




















UN INSULTO A LA INTELIGENCIA DEL ESPECTADOR QUE REBASA, UNA Y OTRA VEZ, LA FRONTERA DE LA VERGÜENZA AJENA 


"Pacific Rim" es cine-basura. Pero, esó sí, se inscribe nítidamente dentro de la corriente de alto presupuesto (puesta de moda de aquí a un tiempo: "Independence day", "Transformers"...), es decir, un guión que parece haber sido sacado directamente de un estercolero pero luego dotado del apabullante despliegue visual que agota su contenido y justifica, en principio, el pase por taquilla. Claro que aquí la cosa se desmadra, tanto por las sumas invertidas en pirotecnia audiovisual como por la incomensurable estulticia de la historia, ridícula en su planteamiento, ilimitadamente estúpida en su desarrollo y directamente abochornante en su desenlace. Un insulto incesante a la inteligencia del espectador que rebasa, una y otra vez, la frontera de la vergüenza ajena.

Guillermo del Toro se arropa de su troupe habitual (Torrente-Segura incluido) para intentar un pelotazo en la taquilla veraniega con un sonrojante revival de las películas niponas de monstruos gigantes que parece dirigido a espectadores sin la ESO y donde ni siquiera la imaginería visual funciona correctamente: en las luchas entre los bichos y los robots apenas se alcanza a discernir lo que sucede, tal es la confusión y el desmadre. Un desatino que sólo puede sostenerse bajo la persuasión de que o el espectador es tonto o ciego devoto del culto a las películas idiotas que caracteriza al director mejicano.

"Pacific" deberá ser, pues, el sufrido feligrés que pase por taquilla para ver este engendro si quiere vencer la tentación de abandonar la sala declamando en alta voz un nutrido conjunto de lindezas dirigidas a sus artífices.   

         

martes, 13 de agosto de 2013

GUERRA MUNDIAL Z: TAMBIÉN LOS ZOMBIES MADURAN



















El cine de zombies, obediente al mandato bíblico, nació y se multiplicó. Así que tras el parto (a cargo de papá George A. Romero), la criatura proliferó y dio origen a obras notables, desopilantes desmadres (viene de inmediato a la memoria toda la zombiexplotation italiana de los 80) y, finalmente, a una cansina retahíla de monótonas carnicerías que amenazaba con ahuyentar hasta a los más devotos del género. Y en esto llegan al rescate Max Brooks, poniendo en pie todo un universo que encuadra y da coherencia al conjunto, y Marc Foster, ofreciendo un film que da (por fin) un paso adelante, deja de lado el consabido festival gore y ofrece un gran espectáculo de acción que adentra al subgénero en una nueva era. Uniendo talento y medios, Guerra Mundial Z no defraudará ni a los zombie-fans (salvo que sean adictos a las vísceras, en cuyo caso lo que necesitan no es un cine, sino un psiquiatra) ni a quien se acerque a una sala de proyección buscando, sencillamente, un par de horas de buena diversión.

Bravo por esta nueva guerra mundial, que el film no hace más que iniciar (buena noticia) y que promete deparar satisfacciones en el futuro a condición de mantener el pabellón al mismo nivel. Entre tanto, hagan acopio de provisiones y prepárense a resistir, amigos, que la invasión va para largo y estos zombies no se paran en barras.
 

domingo, 28 de julio de 2013

LOBEZNO INMORTAL: A BUEN CONOCEDOR...



















Si algo muestran en común la mayoría de quienes firman críticas de la última entrega del mutante de las garras es que no conocen debidamente al personaje, a diferencia de servidor, que lo vio nacer en directo, hace ya como unos 30 años, en El Increíble Hulk, repartiendo mamporros al coloso verde y al Wendigo, cuando nadie podía sospechar el éxito del personaje. Por eso la crítica de guardia no ha reparado en que el film adapta (con amplia libertad, eso sí) la novela gráfica foirmada por Miller y Janson a mediados de los 80, donde puede toparse todo lo que ahora aparece en la gran pantalla, aunque, patentemente, con mayor brillantez y solvencia. Infórmense ustedes antes de escribir, pues, caballeros.

Yendo ya al grano, la nueva entrega del amigo Wolverine ofrece un buen rato de diversión sin complicaciones, aunque falta un grado más de refinamiento en el guión, que peca de tosco por momentos.

Por resumir, si Lobezno es inmortal no será por esta película, aunque, todo sea dicho, tampoco da razones para anhelar su olvido inmediato, como otras entregas superheroicas. Aprobado a secas, pues, para el film, al que faltan galones para aspirar a nota.

martes, 7 de mayo de 2013

OBLIVION: BUENOS MIMBRES EN MALAS MANOS



















Oblivion es el enésimo ejemplo de proyecto prometedor que fracasa a manos del déficit de talento. Y es que  la historia contiene elementos que, debidamente gestionados, hubieran podido dar para mucho. Pero en poder de incompetentes no puede sacarse petróleo ni de una gasolinera. Así que lo que pudiera haber sido una bien llevada trama de clones abducidos hacia una realidad ficticia (idea, por cierto, claramente legataria de la (esta sí) talentosa "Moon") se resuelve en una colección de tópicos donde los momentos estrella se diluyen en el pésimo (como casi siempre) desempeño del colega Tom Cruise.

Y eso que, atención, el Director del invento resulta ser el autor de la novela gráfica que inspira el guión, versión fílmica de Saturno devorando a su hijo que les costará en taquilla más de lo que este conato merece.   

IRON MAN 3: HOJALATA A GO GO



















La tentativa de continuar la exitosa franquicia Iron Man puesta en pie por Jon Favreau fracasa en la tercera entrega, tan pronto como el Director pone pies en polvorosa y pasa los bártulos a un amiguete. De las dos horas de metraje, apenas una cuarta parte se ocupan por el héroe de la armadura. El resto se rellena con las cuitas psicológicas de su alter ego, Toni Stark, que, francamente, a nadie que vaya a ver un film de superhéroes pueden interesar. En el origen del patinazo, por supuesto, además de un Director sin galones, un guión que no es oro, plata o siquiera hierro, sino hojalata barata.

Mal, pues, este tercer hombre de hierro, que termina siendo de plomo y pidiendo a gritos un bien merecido desguace.  

viernes, 22 de febrero de 2013

THE MASTER: MASTER DEL COÑAZO
















Que los actores luzcan bien en una película es (qué duda cabe) cuestión que mejora el resultado final. Pero hacer una película con el exclusivo objeto de lucir a sus protas es ya otra cosa. Y, en el caso de "The Master", una cosa terrible, porque el amigo Paul Thomas Anderson ha fabricado, sin otro propósito que dar cancha a los señores Phoenix y Hoffman, un tremendo pestiño, capaz de dormir al más pintado. El guión de este invento tiene un interés fácilmente cuantificable: cero. Y es que las anodinas chorradas del líder de una secta de retrasados mentales no dan para más cuando uno se pone trascendente (cosa distinta sería si la cosa tirase hacia la comedia). Pero es que, por si no fuera bastante, ni Phoenix ni Hoffman lucen como para tirar cohetes. El primero hace su papel de siempre, es decir, desequilibrado emocional pasado de vueltas. Y el segundo, lo mismo, con la mitad del metraje poniendo la sonrisa cínica que es marca de la casa, pero que ya está muy vista, hijo mío. 

Sólo recomendable para graves problemas de insomnio o para unirse al coro de necios que no se cansar de cantar sus excelencias, en plan entendidos. 

LA NOCHE MÁS OSCURA: ASUNTO NADA CLARO



















Si el anterior film de Ms. Kathryn Bigelow (la increíblemente oscarizada "En tierra hostil") dejaba frío, su narración fílmica de la caza y captura de Bin Laden sigue idéntica estela. En un tono documental que contribuye a aumentar la asepsia (en el mal sentido) con que discurre el invento, la ex de James Cameron nos cuenta una historia que nunca termina de enganchar, de emocionar ni de implicar al respetable, que abandonará la sala como quién ha asistido a una clase de anatomía. 

Nada especialmente remarcable (ni por lo bueno ni por lo malo) puede, en suma, decirse de este gris relato, que, por no inspirar, ni siquiera lo hace con esta crónica. Así que si no es ésta la hora más oscura de este blog, cerca le anda, por cortesía de este gran muermo.

miércoles, 16 de enero de 2013

DJANGO DESENCADENADO: QUÉ CRUZ...



















Como la cosa no merece más tiempo del que merece, baste decir que la última criatura de Tarantino es más de lo mismo, aunque con la agravante de un guión que se sale muy por arriba en la escala de la oligofrenia. Violencia absurda y gratuita, una historia propia de una novelucha de euro y medio y exasperantes e inacabables diálogos componen el infame conjunto de la última tarantinada. O sea que más de lo mismo, como se adelantó.

Así pues, lo único que desencadenará este producto, si llega a cometer la imprudencia de visionarlo, es su  furor y su irritación. Y si no quieren que a eso se sume la impresión de haber sido de nuevo estafados, les recomiendo que, de tener el tiempo y la paciencia necesarios para aguantar un pase, ni se les ocurra acudir a una sala de cine. Streamig por Internet y a otra cosa, que esta basura no valdría ni el precio de las chuches imprescindibles para aliviar el trago. 

Por cierto, "Django..." está nominada al Oscar...Qué bajo puede usted caer, dear uncle.             

LA VIDA DE PI: AL FINAL DEL AÑO, LO MEJOR DE LA DÉCADA




















Quien quiera ver una obra maestra no puede hacer mejor inversión que pagar una entrada para "La vida de Pi". Y es que con ese único ticket podrá degustar dos por el precio de una.

La primera, que ocupa los ciento diez minutos iniciales del metraje, es una deslumbrante cinta de aventuras, ataviada con uno de los más brillantes despliegues visuales de la historia del cine, que mantendrá al afortunado espectador pegado al asiento durante una hora y cincuenta minutos preguntándose qué va a suceder a continuación. La única pega es que su  avance desafía progresivamente la credulidad del espectador. Pero es entonces cuando el desenlace llega al rescate, dando sentido y coherencia al film y transformándolo en algo totalmente diferente. 

Porque ni "La vida de Pi" ni el libro de Yann Martel que Ang Lee lleva con maestría a la gran pantalla versan, en realidad, sobre la aventuras de un náufrago Pi y su tigre de Bengala. Son una reflexión de asombrosa profundidad sobre el origen y la naturaleza de las religiones. Tras haber abrazado el hinduismo, el cristianismo y el islam, Pi, ante su descenso a los infiernos, se ve obligado a  fabricar su propia mitología, una increíble gesta de tigres, cebras, orangutanes e islas perdidas en el mar que sustituye a la historia de degradación, muerte homicida y canibalismo que se inicia tras su naufragio. Lee (superando los titubeos del libro) disecciona así, con la precisión de un bisturí, la esencia de una religión: una fabulación que edulcora con leyendas las partes más cruentas e indigeribles de la existencia humana. Inexplicablemente, por cierto, hay quien ha visto en el film un ejercicio de proselitismo religioso. Muestra evidente de no haberlo entendido bien.

"La vida de Pi" (el nombre es todo un guiño: "pi" es el número irracional por excelencia) es la mejor película del año 2.012 y de la década iniciada en 2.010. Una obra maestra que debe mucha de su grandeza al libro de Martel, una lectura altamente recomendable para atar del todo los cabos de este magnífico conjunto. 

Fabulosa. Ahora, la pelota queda en el tejado de los mastuerzos hollywoodenses, de los que puede esperarse cualquier cosa.