
El ataque traidor y alevoso de una horda de microbios y su secuela en forma de postración comatosa puede ser entendido como un problema o, parafraseando a Churchill, como una oportunidad. Tomémoslo en este segundo sentido y se abrirá ante nosotros una ocasión de visionado en masa de productos fílmicos, pasados o presentes, que destripar a los seguidores de este blog. Dicho y hecho. Comencemos, pues, a desgranar el resultado.