domingo, 21 de diciembre de 2008

DIARY OF THE DEAD: ZOMBIES ANTE LA PEQUEÑA PANTALLA


















Quien husmee un poco por la red en busca de opiniones sobre la última cinta de George A. Romero (nombre de referencia del cine de terror contemporáneo y artífice del clásico "La noche de los muertos vivientes") topará con una generosa retahíla de críticas incendiarias. Lo cual es perfecto, pues el posterior visionado del film será viva prueba del no menos generoso número de tarugos metido a hacer crítica de cine y de la consecuente necesidad de aplicar un sano escepticismo a la lectura de sus escritos.

"Diary of the dead" narra la consabida invasión de muertos vivientes desde la perspectiva de un estudiante que, cámara al hombro, filma las peripecias del grupo que le acompaña en su intento de sobrevivir al ataque de los agresivos fiambres. Pero cada vez más cierto de su presunta misión de "contar la verdad" en imágenes, terminará por invertir su perspectiva de la situación: su propósito deja de ser la supervivencia para convertirse en la satisfacción del "derecho a saber" (los ojos le brillan cuando el ordenador muestra que son ya 75.000 los visitantes de su vídeo en la red). Es éste el que le lleva, hacia el final del metraje, a no interferir cuando uno de los caníbales se dispone a zampar a otra estudiante. La realidad, piensa, ha de mostrarse tal cual.

"Diary of the dead" es una excelente película de terror. Pero aquí el terror no procede de los infelices muertos vivientes (que caen como moscas), sino del atinado retrato patológico del mundo actual que la cinta traza. No son los zombies que persiguen torpemente a los protagonistas los que dan miedo, sino quienes se adivinan al otro lado de la pantalla: un ejército también adicto a la sangre, el sufrimiento y la muerte ajena, pero a través de la televisión o Internet. "Diary of the dead" muestra que quienes abrasan vagabundos para mostrar el resultado en youtube se limitan a saciar tal apetito y que su deshumanización es el resultado ntural de un proceso en el que la realidad termina por convertirse en el material previo al montaje. Un apetito, of course, alentado por el Estado, complacido en el espectáculo de masas idiotizadas y embrutecidas que, atentas a la pantalla, no plantean otro problema que el de cómo darles más.

"Diary of the dead" (que, aun no estrenada en España, puede bajarse subtitulada de la red) es, pues, una terrorífica película de zombies. Pero en el film los zombies no son los patéticos cadáveres andantes que asoman de cuando en cuando por el metraje, sino quienes saltan de web en web a la caza de su dosis diaria de truculencia y quienes pugnan por satisfacer su apetito aun al precio de su humanidad. Seguro que se habrá cruzado con unos cuantos al ir hoy a trabajar.