Cuando "Premonición" arranca, parece legítima la esperanza. El planteamiento, un sujeto capaz de anticipar quién va a morir de modo inminente, abre un interesante ramillete de posibilidades que, a nada que se aplique cierta dosis de imaginación e ingenio, aparenta ser capaz de dar para bastante. Pero a poco que se echa a andar el metraje, queda claro que cuando uno es un patán, y el director y el guionista de esto lo son con creces, nada bueno puede salir de sus manos. Así que la sugestiva premisa del film deviene pronto en mera coartada de un conjunto de situaciones y personajes a cada cuál más estúpido y/o absurdo que terminan por aburrir al más paciente de los mortales. El que John Malkovich ande pintando la mona por aquí no puede, pues, razonablemente, más que obedecer a la acumulación de deudas de juego de pronto vencimiento. Un fenomenal, caótico y soporífero desastre es, a la postre, el resultado final de este fallido intento.
Por todo ello, si algo hay que lamentar es que la premonición que da título al film no llegue al espectador antes de pasar por taquilla, permitiéndole anticipar que está a punto de embarcarse en una lamentable pérdida de tiempo y dinero. Otra vez será.
Por todo ello, si algo hay que lamentar es que la premonición que da título al film no llegue al espectador antes de pasar por taquilla, permitiéndole anticipar que está a punto de embarcarse en una lamentable pérdida de tiempo y dinero. Otra vez será.