martes, 7 de diciembre de 2010

THE WAY: MAL CAMINO



















Cuando, al comienzo de "The Way", Martin Sheen recibe la noticia de que su retoño ha palmado como si le hubiesen dicho que sube la comisión de su hipoteca, se disparan las alarmas. Lo que , a la postre, resultará plenamente justificado. Porque "The Way" es un producto fallido, donde todo hace aguas. Desde la nefasta interpretación de Martin Sheen hasta una banda sonora que no pega ni con cola, pasando por un guión que parece escrito en dos tardes y una dirección a la altura de aquél. El resultado de todo ello es una especie de híbrido entre "Friends" y "Un país en la mochila", un producto "light" que vive del pintoresco exotismo de que reviste sus escenarios. Más que dudoso, por ello, que el visionado del film anime a alguien a emprender otra ruta distinta de la que conduce a la salida del cine.

Pero un valor sí tiene "The Way". Su generosísimo riego de "ayudas" prueba una vez más la letalidad de la subvención para la inteligencia y la creatividad. Seguramente porque saber que uno va a salir bien del empeño, pase lo que pase en taquilla, induce un letargo mental que conduce a desenlaces como éste. "The Way", el camino, termina, por eso, por hacer honor a su nombre, generando en el espectador el irresistible deseo de valerse de la milenaria ruta para mandar a todos a paseo.