
"District 9", las desventuras xenófobas de un contingente alienígena que, por error, da con sus huesos en La Tierra, es un híbrido entre el cine de palomitas y el de denuncia política. Y, como era previsible ante lo escasamente combinable de tales ingredientes, no funciona bien ni como lo uno ni como lo otro.
"District 9" llama a la sesuda reflexión un segundo y al apagado cerebral total al siguiente. Y, como lógica consecuencia, no contenta ni a quiénes van al cine a pensar ni a quiénes van a no hacerlo, categorías que, por desgracia para el film, agotan la totalidad de los potenciales espectadores. Por si eso no fuera suficiente, Peter Jackson, que aquí oficia de productor, parece querer volver por sus fueros y, aunque a través de testaferro (ahora hay una reputación que proteger), nos obsequia con un nauseabunedo espectáculo de sangre, vísceras y mugre que pone a prueba el estómago más curtido.
Pésimos actores, ausencia de ritmo, un guión con más agujeros que un colador y nula habilidad narrativa (que debe soslayarse por medios tan burdos como el falso documental) coronan este fallido producto que, a la postre, termina por retener al feligrés en su butaca únicamente por averiguar su desenlace. Y como este resulta ser una más que previsible faena de aliño, la impresión que resta es la de una estúpida nadería cuyos escasos hallazgos argumentales han sido arruinados por una pésima realización. Así que nada de "9". Un 2, y va que arde, para esta solemne bobada, que apenas merece ni el rato que invierte su descarga por emule.